Aunque no ha sido exactamente a la vez, en USA y España hemos tenido un pequeño parón de una semana con Outcast, una de las series revelación del verano, pero ha sido para bien. Encaramos el último tramo de la primera temporada con la sensación de que todo se pone cuesta arriba para los protagonistas de la tercera serie en emisión nacida de la mente de Robert Kirkman. Vamos con ello.
A PARTIR DE AQUÍ, ANÁLISIS DEL S01E06 DE OUTCAST FROM THE SHADOWS IT WATCHES – CONTIENE SPOILERS
Parece que el parón de emisión que hemos vivido los espectadores también ha tenido lugar en la cronología de la serie, donde los protagonistas de la historia han tenido tiempo para reflexionar y tomar caminos diferentes tras lo vivido en el último episodio. Así, el reverendo Anderson se enfrenta a la posibilidad de que cada uno de los sujetos a los que ha exorcizado tengan todavía retazos del mal dentro de sí. Y lo hace revisando cada una de las grabaciones en vídeo en las que creyó expulsar al maligno. Es sin duda un momento determinante para el pastor que toma la determinación de concluir lo que empezó.
Recibe la visita inesperada de Patricia, la feligresa que le tira los trastos descaradamente, quien se ofrece para ayudarle. Anderson le avisa de que no está en su mejor momento y de que lo que va a contemplar escapa del dominio público. Y es que el exsorcista tiene encerrado en un cuarto a un nuevo endemoniado, cuya identidad todavía desconocemos.
También parece haber dado carpetazo a su anterior etapa (al menos de momento) Kyle, quien ha encontrado un nuevo trabajo como peón reasfaltando tramos de carretera, una situación que parece venirle como anillo al dedo para olvidarse de demonios y exsorcismos, En la comisaría, nos encontramos a Mark interrogando a la joven cuyo adn encontraron en la caravana, de la que ya no quedan más que las cenizas. Explica su marcha repentina de Rome por su situación con su ex novio, asegurando que «muy desesperada debía estar para dejarlo todo de esa manera». Pocos datos más conocemos de esta otra trama de la historia, que o bien resulta ser la bomba al final de temporada o una completa pérdida de tiempo. El jefe Giles escucha la conversación al otro lado de la puerta, haciendo sus conjeturas y recordando a su amigo Ogden, el jefe de bomberos, cómo precisamente se deshacía de pruebas quemando la caravana.
De nuevo en la iglesia, Anderson y Patricia toman un respiro del exsorcismo, porque parece que las oraciones y agua bendita no están surtiendo efecto. Vemos al reverendo totalmente desquiciado, fuera de sus casillas, ahuyentando finalmente a la mujer, quien no duda en acercarse a casa de Kyle para pedirle ayuda, pues entiende que es el único que puede sacarle de ese aprieto. Barnes, que como decíamos parece haber seguido con su vida, sale de su casa para dejar en el buzón un sobre con dinero para su hija, y se la encuentra en el coche. Su primera reacción es de alejarse de ese mundo, pero como todos sospechábamos no está en su mano dejar de ser el Outcast, el Marginado.
A mitad de la noche, tras su encuentro con Patricia, escucha unos golpes en su puerta. Cuando sale a abrir ve en el suelo esa figurita del pescador que el reverendo tenía como trofeo por haber salvado a Mildred. De repente, algo le golpea y lo deja noqueado. Es la anciana, que como ya sabíamos antes, tiene una gran necesidad de robarle el aliento a Kyle, sea lo que sea que eso le beneficie. Porque sin duda es una de las grandes incógnitas que todavía mantiene la serie. La fuerza que tiene Mildred es obviamente sobrehumana, puesto que es capaz de dominar a Kyle sin demasiada oposición.
Cuando nuestro protagonista despierta de este incidente, se encuentra tendido en su salón, con una brecha en la frente y aturdido por lo ocurrido. Cuando se asoma a la puerta para comprobar si no hay nadie, se encuentra que en la casa de su vecino está Sidney, aparentemente arreglando el coche. Tienen una conversación sin importancia, sólo nos debemos quedar con que el hombre del sombrero está ahí para tener controlado a Kyle. Dentro de la casa, Sidney se encuentra con Mildred a la que recrimina lo que ha hecho, diciendo que «no está aquí por placer». Desde este momento, el destino de la «entrañable» anciana, está sellado.
A continuación confirmamos una de las teorías, digamos, fáciles de la serie. Ogden se desvela como ese exnovio de la joven de la caravana. Hablan entre ellos en el jardín, pero el jefe de bomberos le deja muy claro que lo que ocurrió en el pasado ya ha terminado y que se ha encargado de deshacerse de las pruebas. De nuevo vuelvo a lo mismo, o es una bomba de las buenas lo que nos tienen preparados….
De vuelta al trabajo en la carretera de Kyle, recibe la visita de Megan, toman un picnic juntos, y ésta le entrega de vuelta el dinero que mandó a su hija. Se confirma el distanciamiento definitivo con su ex. Tras el ataque de Mildred, se nota que Kyle está tocado, que se está replanteando volver a la batalla contra el maligno. ¿Tu no lo harías? Tiene incluso una visión de la anciana totalmente poseída, Esta visión es determinante, le hace marcharse en busca del reverendo para volver a la batalla.
Antes, mientras almorzaban, Megan recibe una llamada que también le hace marcharse precipitadamente. Es del hospital. Donald, su piedra del pasado, le ha llamado. Lo habíamos dejado tras una paliza casi de muerte en manos de Mark, dos capítulos atrás (yo pensaba que estaba muerto, ¿y tu?). Si en esta serie nos encontramos con el mal en su forma más espiritual, también la tenemos en su forma humana, encarnada en este personaje. Le chantajea con desvelar lo que su marido ha hecho, aunque no sabemos muy bien a cambio de qué. Esta confesión siembra la duda en Megan, por lo que decide poner algo de distancia con Mark.
Vamos con el desenlace del capítulo. Kyle se dirige a la iglesia en busca del reverendo, que se ha tomado su nuevo caso de posesión como una prueba personal. Éste recrimina a Kyle su anterior marcha del «equipo exsorcista», despistándose lo justo del cuarto donde tiene encerrado a su último endemoniado. Se trata de Caleb, el bedel que hace los apaños en la iglesia, como recordaréis un tipo grandote, que obviamente no se lo va a poner fácil a ninguno de los dos. Pero Barnes es el único arma que puede acabar con ellos y finalmente expulsa al mal, de nuevo, en forma de mancha negruzca, que como podemos ver en la imagen, mira frente a frente y desafiante a Kyle.
Dos hechos marchan el desenlace de esta escena. El primero, la vuelta del equipo Kyle-Anderson, siempre que sea bajo la dirección de Barnes y la segunda, la conversación de Caleb con el reverendo. Le confiesa, que a pesar de que siempre ha creído que lo peor que le podía pasar era ser «tocado» por el demonio, realmente no estaba tan mal. Esta confesión trastoca la percepción del pastor de lo que está por venir (que parece ser muy gordo).
Última e impactante escena para cerrar. Anderson se encuentra en su casa, maldiciendo su destino por no haber superado por sí mismo lo que él entendía como una prueba, cuando de repente aparece Sidney. Parece que el hombre del sombrero ha decidido dejar de esconderse y atacar frontalmente a su enemigo. Como vemos en la frase destacada de esta semana, él y su ejército de demonios no están dispuestos a tolerar ni un esorcismo más. Y le marca con una navaja un pentáculo en el pecho. Todo ello ante la mirada indiscreta de Aaron, el hijo de Patricia, que pasaba por el barrio. ¿Qué decisión tomará el reverendo tras éste ataque? ¿Se lo contará a Kyle? ¿Sabremos algo más de los mapaches crucificados (XD)? ¿Y Aaron?
La próxima semana, respuestas (o no).
La Frase
Sidney: He visto lo que están haciendo usted y Kyle Barnes a mis congéneres. Eso se acabó.
La Imagen
La anciana Mildred finalmente consigue un poco de aliento de Kyle Barnes… Pequeña pero matona.


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