Parece que fue ayer cuando Person of Interest finalizaba su cuarta temporada con un cliffhanger de infarto. Y sin embargo llevábamos ya más de un año esperando con ansias el regreso de uno de los grupos más sólidos de la televisión. Harold, Reese, Root, Fusco, han regresado por fin para hacer frente a Samaritan en una temporada final que se nos va a hacer cortísima. No sólo por contar con apenas 13 episodios sino porque por algún extraño motivo, la CBS ha decidido que quiere quitársela cuanto antes de encima y está emitiendo los capítulos a un ritmo acelerado. En apenas una semana ya han emitido los tres primeros capítulos, y de esos tres es de los que vamos a hablar. Si no sabes lo peligrosa que es Samaritan o no conoces las virtudes de la Máquina no sigas leyendo. Spoilers ahead!
Pese a todo, es empezar el primer capítulo y volver a pensar que fue la semana pasada cuando se emitió el final de la cuarta temporada, un final que prácticamente vaticina el fin de los tiempos, y es que Samaritan se ha hecho demasiado fuerte, hasta el punto que la Máquina ha dejado de existir. Bueno, no del todo, Harold ha conseguido guardar parte de su memoria comprimida en un maletín especial, aunque necesita pasarla rápidamente a un nuevo servidor y descomprimirla para que vuelva a ser funcional.
Y así es como empieza el regreso, con el equipo desperdigado intentando reunirse de nuevo para poner en marcha a quien les ayuda tanto, aunque el primer episodio sirve para demostrarnos que no son buenos sólo por la ayuda de la jefa. Y es que no sólo logran reencontrarse sino que finalmente son capaces de volver a poner en marcha a la pequeña.
Pero claro, no todo iba a ser tan fácil, y el segundo capítulo se encarga de demostrárnoslo. En SNAFU (maravilloso y grandioso episodio) descubrimos que aunque la Máquina ya empieza a ser funcional, no está tan fina como debería. Tras la emoción inicial de ver que empieza sacando hasta 30 números, nuestros amigos se dan cuenta que algo falla. Y es que se encuentran con que uno ya está muerto, otro fue un criminal hace años pero ya está reformado, y cosas similares.
Eso sin contar con el reconocimiento facial, que la pobre parece que se hace un pequeño lío también y no acaba de asociar correctamente voces y caras. Pero eso no es nada comparado con lo que pasa cuando Harold se da cuenta de lo que pasa e intenta solucionarlo. El problema es que la Máquina no tiene noción del tiempo, no tiene un ancla donde aferrarse y está viviendo todo lo que ha pasado a la vez, situando crímenes pasados como si acabaran de suceder, entre otras cosas. Así que Harold intenta ayudarla a contextualizar la situación usándose él mismo, a Root y a Finch como anclas, consiguiendo que debido a sus pasadas acciones violentas los vea como una amenaza e intente eliminarlos.
Root es la que más sufre debido a que la Máquina intenta neutralizarla usando el implante que tiene en el oído, así que decide “sacrificarse” pidiéndole a Harold que la anestesie para que él pueda intentar hacerla entrar en razón, algo que lógicamente acaba consiguiendo.
Y tras estos dos episodios en los que se han centrado en hacer funcionar a la máquina otra vez, llegamos al tercero con su primer caso de la semana, no sin antes habernos dejado una perla en el capítulo anterior, mostrándonos que al parecer, no se había confundido al identificar uno de los números iniciales.
Pero vamos con el más reciente. Samaritan sigue trabajando para dar con ellos, esto no se ha acabado, aunque Reese intenta llevar una vida algo más normal, y para ello intenta hacer vida social con Iris, aunque no siempre es fácil separar su trabajo del disfrute personal.
Con este caso además volvemos a ver la importancia de los flashbacks que nos van contando detalles del pasado de los protagonistas, en este caso Reese y su pasado en la CIA. Su antiguo jefe está involucrado en el secuestro de un número que al parecer tenían que proteger. Piensan que puede estar detrás de secretos nacionales, pero en realidad lo único que quiere es saber qué le pasó a su hermano, un militar entregado que piensa que se convirtió en un traidor. Y así es, su hermano lo fue y Reese acabó con él, aunque John decide contarle que en realidad fue un héroe y murió haciendo su trabajo.
Finch le pide pasar desapercibido ante su exjefe para evitar tener a la CIA detrás de él, ya que para ellos está muerto, pero no siempre es tan fácil cumplir órdenes. Aunque afortunadamente para John, debió causar una buena impresión en su trabajo y al final nos quedamos con que pueden tener un nuevo aliado para más adelante. La CIA no sabe nada de Samaritan pero sabe que el mundo está cambiando, y prefiere saber que John está ahí fuera protegiendo a la gente, así que le promete mantener su nombre fuera del informe. Para la CIA, el agente Reese sigue muerto.
Mientras John se enfrentaba a su pasado Root, gracias a su nueva tapadera, descubre un virus de Samaritan y otra que tal, pese a que Finch le avisa de que no lo ejecute, lo hace para saber qué es lo que hace. Menos mal que es más lista que el hambre y ha preparado un entorno seguro.
Y a lo tonto a lo tonto, en menos de una semana volveremos a tener doble capítulo y parece que nos espera una sorpresa muy agradable. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el regreso de la serie? Explayaros todo lo que queráis en los comentarios.
La Frase
Harold: No hay héroes. No hay villanos. Sólo personas haciendo todo lo mejor que pueden
La Imagen
La Máquina ahora tiene acceso abierto a toda la información y es capaz de sacar los datos de todo el mundo sin despeinarse. ¡Cuidado con lo que escondes!