Gotham cuenta el origen de todo el universo de Batman

Cuando las series de superhéroes copaban la parrilla semanal de series, llegó a oidos de los fans la posibilidad de que el universo de Batman entrara en juego. Un dulce demasiado tentador como para dejarlo pasar. Cuando llegó la hora de la verdad, la ciudad de Gotham sería la protagonista, con el detective (lo fue antes que comisario) Jim Gordon a la cabeza. Y es que nos situamos en la etapa de juventud de Bruce Wayne, cuando acaba de perder a sus padres, y tiene que madurar antes de tiempo. La serie, nos da a conocer todo el universo gris y tétrico de una ciudad, que en esta ocasión se asemeja más al de una película de mafiosos que a la visión gótica de Tim Burton, pero que no por ello deja de tener una esencia y un regusto a algo que ya conocemos.

Otro de los atractivos de la serie, además de ver cómo evoluciona el infante Wayne, siempre acompañado de su inseparable Alfred, es el de conocer a todos sus aliados y rivales que en la edad adulta tratarán de acabar con él. Conocemos a Selyna Kyle, la futura Catwoman, al Pingüino, con una soberbia interpretación de la mano de Robin Lord Taylor, a Edward Nigma, un jovencísimo y excepcional Joker y muchos más.

Es una gozada poder verlos en sus orígenes, poder apreciar cada paso que dan en ese camino de la locura y de convertirse en auténticos genios del crimen, con sus tropiezo y fracasos, con sus éxitos. En cuanto a Jim Gordon, que será uno de los grandes valedores del futuro de Batman, lo tenemos como un policía implacable, dispuesto a todo para salvar su ciudad. Una pena que hayan querido introducirle demasiadas tramas románticas innecesarias, puesto que ralentizan el buen ritmo de la serie.

Otra de las pegas, sin duda, es su desconexión evidente con el universo cinematográfico, algo en lo que DC cómics incurre en cada una de sus series, perdiendo una gran oportunidad de combatir así a su archienemigo Marvel. El futuro nos dirá dónde queda esta serie, y Bruce Wayne estará ahí para verla caer o alzarse.